La despedida coincidirá con los cien años de la dinastía Ordóñez. Así lo ha anunciado el torero a través de las redes sociales en un emotivo vídeo
Entrevista con Cayetano Rivera Ordóñez
30/11/2024
Actualizado a las 04:22h.
Cayetano Rivera Ordóñez se despedirá de los ruedos la próxima temporada. Será coincidiendo con los cien años de la dinastía Ordóñez, como avanzamos hace unas semanas en la e-newsletter ‘A las 5 de la tarde’ de ABC. El propio torero lo ha confirmado esta noche con un emotivo anuncio en las redes sociales: «El año que viene es un año muy especial para mí. Se cumplen cien años desde que mi bisabuelo Cayetano Ordóñez daba comienzo a mi dinastía. Siento que es el momento de decir adiós», cuenta.
Además de hilar con el siglo de alternativa del Niño de la Palma (la tomó en Sevilla en 1925), la despedida coincide con las dos décadas de su debut en Ronda (marzo de 2005), «veinte años desde que comencé yo en el mundo del toro». Cube que «no todo ha sido bonito, pero durante este tiempo he intentado transmitir cualidades que mi profesión refleja como el valor, el esfuerzo, la disciplina, la solidaridad…»
A medida que transcurre el mensaje -titulado ‘Un último baile‘-, Cayetano se emociona más: «He querido compartir con vosotros esta noticia para que podamos vivir juntos, con mas emoción si cabe, lo que sin duda alguna para mí es la temporada más importante de mi vida». Remata este vals con palabras de agradecimiento: «Y, sobre todo, quiero daros las gracias. Gracias por todo el apoyo que siempre me habéis brindado y por vuestro cariño».
El torero de centenaria dinastía contó ya en enero en ABC que su retirada estaba «muy cerca; estoy llegando al closing de mi carrera y vivo las cosas de otra manera, quiero disfrutarlo todo, sentirlo todo».
Respecto a si se sentía más Rivera u Ordóñez, decía: «Intento ser fiel a Cayetano, ser fiel a mí mismo. Evidentemente, están ahí mis genes y mi dinastía, de la que me siento muy orgulloso. Los recuerdo todos los días e intento hacer honor a lo que ellos fueron. Pero siempre quise ser yo y por eso me anuncié Cayetano. Son un arma de doble filo: por un lado, el aficionado que ha visto a mi padre o a mi abuelo quiere verlos a ellos y cada uno es diferente; por otro lado, es una motivación. No puedo negar que voy a la plaza con un orgullo tremendo de saber de la dinastía de la que vengo y de lo que consiguieron cada uno de ellos, que eran genios dentro de sus estilos diferentes. Y sí, claro que me acuerdo. Cuando echo las rodillas en tierra, me acuerdo de mi padre, y con el empaque, de mi abuelo».
El hijo de Paquirri comentó también que, «por la tranquilidad de toda nuestra familia», no le gustaría que ni su hijo ni sus sobrinos fuesen toreros. «Yo espero y deseo que ojalá la dinastía termine conmigo. Es un mundo que quiero transmitir a mi hijo, que lo conozca y valore, que aprenda lo bueno y lo malo que tiene, pero no es un mundo que quiera para nadie que yo quiera», señalaba, sabedor de todos los valores y sinsabores del toreo, de su gloria y de su sangre.
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